Las metas de carbono neutral al 2050 y los enormes volúmenes de consumo de combustible, abren una puerta para que nuevas tecnologías puedan complementar y, eventualmente, reemplazar los actuales suministros de combustible fósiles.
Reporte Sostenible, 10 de febrero, 2020
El volumen de energía y combustible utilizados por la minería para sus diferentes procesos, la han situado como una consumidora de recursos de gran escala y absolutamente dependiente de las tecnologías disponibles en el mercado para poder desarrollar su producción.
Según el Informe de actualización de consumo energético de la minería del cobre al 2018 elaborado por Cochilco, el consumo energético de la minería ha aumentado un 105% a una tasa promedio anual del 4,7 %, llegando así a 176.745 TJ en el 2018, de los cuales el consumo de combustibles alcanza el 46,7 % y la electricidad un 53,3%.
Con este escenario, nuevas tecnologías, limpias y rentables orientadas a mejorar o complementar los actuales combustibles utilizados por la minería (entre los que figuran el diésel, Enap 6, kerosene, gas licuado, gas natural y gasolina), podrían encontrar un potente impulsor en esta industria si lograran aterrizar con sus proyectos.
Y posiblemente sea el hidrógeno verde una de las alternativas que podría consagrar su desarrollo de la mano de la industria minera, pues, en palabras del asesor del Programa de Energía de la GIZ, Rodrigo Vásquez, la minería podría ser el “fast follower” para el desarrollo de la industria del hidrógeno.
“Yo creo que la industria minera podría consolidar el desarrollo del hidrógeno, pues, en general, la minería tiende a ser conservador en la innovación por un tema de las dimensiones de los procesos que tienen y de cómo tiene que funcionar la cadena de valor completa. En el caso del hidrógeno verde, ellos podrían ser los siguientes adoptadores de esta tecnología, el llamado fast follower, en el que se adoptan tecnologías que ya ha sido probadas en la industria y la incorporan dentro de sus procesos”.
El consumo energético de la minería ha aumentado un 105% a una tasa promedio anual del 4,7 %,
COCHILCO
Agrega que si la minería se involucrara con el tema del hidrógeno verde, “podría crear una gran demanda habilitando de esta forma la incorporación del hidrogeno no solo en transporte, sino que en otros procesos como sistemas térmicos y respaldo energético, entre otros”.
Vásquez explica que la minería tiene dos tipos de insumos estratégicos, la electricidad y los combustibles. Si bien estas compañías están avanzando en la compra de energía eléctrica proveniente de fuentes sostenibles, en el caso de los combustibles tienen un gran desafío, por lo que el hidrógeno podría convertirse en una alternativa interesante. “El hidrógeno y sus aplicaciones se están posicionando en este sentido, porque no hay una alternativa clara a la cual la minería pueda recurrir fuera de las actuales tecnologías en base a combustibles fósiles”.
¿Cuál podría ser la alternativa? Podría ser el gas natural o licuado, por ejemplo, pero en realidad estos combustibles tienen también emisiones de CO2, y es probable que en un futuro próximo sea visualizado ya como el combustible a mitigar. Por eso la opción es el hidrógeno, y lo están viendo con muy buenos ojos porque en realidad, también tiene un componente de generación local que lo hace mucho más atractivo”.
A ello se suma el efecto del cambio climático, cuya presión ejercida en la actualidad por desarrollar procesos industriales que no afecten al medioambiente, situación que hace 4 años no tenía el mismo impacto.
“Actualmente, todas las empresas mineras desde sus casas centrales están exigiendo que tiene que haber un cambio, porque, además, se están autoimponiendo metas de carbono neutralidad al 2040 o 2050. Esto está presionando para que la industria minera encuentre nuevas soluciones en el ámbito de la electricidad y combustibles”, explico el especialista.
Entre las empresas que se encuentran desarrollando proyectos y estudios sobre el uso del hidrógeno verde destacan Anglo American y BHP, pero también hay otras compañías, como Codelco y Teck, que están mirando cómo progresa esta tecnología.